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Jour 5: Rocky Balboa

Día 5: Rocky Balboa

Después de una buena noche de sueño me despierto y veo en el espejo a un luchador que dejó su huella en toda una generación.

Siento que he tenido la pelea de mi vida con esta libélula maldita.

Vamos, Rocky, todo va a estar bien... ¡¡¡Estás bien!!! El ojo del tigre...

Fue un día intenso de ciclismo, pensé que Cuba iba a ser un destino fácil, pero no fue así. La región Sudeste está salpicada de montañas. Las subidas y bajadas se sucedieron. Además el viento sigue presente y fuerte!!! ¡La mala noticia es que desde el inicio del viaje el viento me ha estado jugando una mala pasada! El mejor momento de mi día fue conocer a una simpática familia cubana que llevaba 6 horas esperando el autobús al costado de la carretera. La falta de transporte sigue siendo un problema importante en la isla.

Me quedé un rato con ellos y charlé para conocer más sobre la vida cubana. Me ofrecieron agua. Una vez más prueba de que el mundo es bueno. Luego, en el camino, otro señor me regaló tres mangos. Después de recorrer 100 km, en unas condiciones que no me gustaría volver a vivir mañana, finalmente llego a Moa. Moa es un pueblo ruinoso. Las calles realmente no son hermosas.

La ciudad está repleta de viviendas sociales que albergan a cientos de personas.

Esta noche encuentro con dificultad una casa donde dormir. Voy a comer pescado al borde del mar contaminado.

La gente tira botellas y latas al océano.

¡Moa no es mi ciudad favorita! Es una ciudad industrial. ¡Gran día! ¡Es hora de dormir!

David Beauchesne

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